Historia de éxito del DEA
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Los campistas trabajan en equipo para salvar a uno de los suyos

Evergreen Valley High School, San José, California, el miércoles 4 de octubre de 2016 comenzó como cualquier otro día para Subramaniam Sundar. Cuando este indio, de 61 años, esposo y padre de dos hijos condujo desde su casa en San José, California, a su clase matutina del campo de entrenamiento, no pensaba en nada más que en hacer un poco de ejercicio temprano por la mañana, antes de comenzar su jornada laboral como diseñador de chips en Toshiba.

 

En la pista de Evergreen Valley High School, en la que se llevaba a cabo la clase de entrenamiento físico, estaba Mike Coleman, el instructor de la clase de 60 años que es propietario y director de Focused Integrated Training y profesor de educación física y entrenador en la cercana Davis Intermediate School. También asistieron Shannon Opilla, una enfermera certificada de 47 años y Michelle Layton, la profesora de educación física de 45 años de la escuela secundaria.

 

Lo que sucedió a continuación, necesitó del pensamiento rápido y las habilidades de estos tres asistentes al campo de entrenamiento, todos los cuales estaban certificados para aplicar RCP.

Las personas indicadas  en  el lugar correcto y en el momento preciso

Subramaniam dice que recuerda sentirse bien. Se unió a los otros participantes, y estaba calentando con flexiones y sentadillas. Luego, Mike les pidió que corrieran dos vueltas alrededor de la pista. Eso es lo último que Subramaniam recuerda antes de desmayarse.

 

Como la enfermera Shannon lo describe, Subramaniam cayó al suelo y quedó tendido de costado. «Estaba jadeando, sus brazos y manos estaban rígidos, y su color era gris».

 

Mike escuchó a algunos miembros de la clase gritar el nombre de Subramaniam. «Lo vi en el suelo. No respondía, no parecía tener pulso y hacía un sonido de gorgoteo en lugar de respirar».

 

Mike y Shannon llegaron rápido al lado de Subramaniam. Shannon gritó para que alguien llamara al 911 y consiguiera un desfibrilador externo automático (DEA). Luego, ella y Mike le colocaron a Subramaniam de espaldas, revisaron su pulso y respiración, y comenzaron a realizarle RCP.

No tenía pulso

«Revisé su pulso carotídeo. No tenía, dijo Shannon. Empecé de inmediato las compresiones torácicas. No hubo respuesta. Mike y yo continuamos la RCP con una relación compresión-respiración de 30/2. Mi único pensamiento era continuar con la RCP efectiva hasta que llegara ayuda o un DEA».

 

La profesora de educación física Michelle Layton llegó un poco tarde a la clase del campo de entrenamiento y se sorprendió al ver a Mike y Shannon realizándole RCP a Subramaniam. «Estaba repasando mi capacitación en RCP mentalmente», dijo Michelle. «Llama al 911 y vuelve. Ve a recibir la ambulancia. Ve a buscar un DEA y regresa. Y, en ese momento, lo recordé: tenemos un DEA».

 

Michelle dijo que tomó las llaves de su trabajo y fue corriendo a la oficina para desbloquear el DEA y regresó.

De un sobreviviente a otro

Por casualidad, el DEA de la escuela lo había donado apenas ocho meses antes Stephanie Martinson, sobreviviente de un paro cardíaco repentino. Martinson es la fundadora de Racing Hearts, una organización sin fines de lucro cuyo objetivo es ser el primer condado (Santa Clara) en California con DEA en todas las escuelas públicas.

 

Después de tener un paro cardíaco repentino mientras subía por la media cúpula del Yosemite, tuvo la suerte de que su circulación se restableciera rápidamente sin dañar el músculo cardíaco. Dice Stephanie, «Hay cientos de otros miembros de la comunidad que simplemente desconocen su riesgo.  Es por eso que empecé Racing Hearts».

 

Con hipertensión, enfermedades cardíacas y tras haberse sometido a una cirugía de bypass cuádruple, Subramaniam era consciente de su riesgo. Como siempre ha estado activo haciendo senderismo, caminatas o trote, dice que se sintió bien esa mañana y no que tenía síntomas que indicaran lo que sucedería más tarde.

Una descarga eléctrica que lo despertó justo a tiempo

Mike y Shannon administraron una descarga eléctrica con el desfibrilador externo automático (DEA) y, como Michelle lo describe, ni bien lo hicieron Subramaniam «regresó».

 

Subramaniam reflexiona sobre lo primero que pensó cuando recuperó la conciencia. «Sabía que tenía un problema cardíaco. Sabía que algo había pasado. Los paramédicos me estaban metiendo en la ambulancia y recuerdo haber bromeado con ellos. No me di cuenta de la gravedad de lo que pasó: morí y después me revivieron». 

 

Subramaniam dijo que rápidamente se dio cuenta de la suerte que tenía. «Mi médico me dijo que después de siete minutos sin oxígeno, el cerebro comienza a perder función. No respiré durante cuatro minutos. La ambulancia tardó once minutos en llegar».

 

Como enfermera entrenada para realizar RCP, Shannon sabe algo con certeza. «Creo que el DEA, como muestra la investigación, fue lo que salvó a Subramaniam. Mike y yo pudimos hacer circular la sangre oxigenada que le quedaba hasta que llegó».

 

Mike concuerda. «Creo que fue una suerte que Subramaniam tuviera este incidente donde y cuando le ocurrió, ya que estaba rodeado de personas que tomaron medidas inmediatas y decisivas.  Estoy agradecido de que hubiera un DEA en el campus y de que Michelle haya tenido una reacción rápida y corriera a buscarlo.

Estoy certificado para realizar RCP/DEA hace muchos años, pero ponerlo en práctica de verdad aporta un nivel de conciencia totalmente nuevo».

No es mi momento de morir

Subramaniam está agradecido tanto por la reacción rápida de sus compañeros en el campo de entrenamiento como por el hecho de que en la escuela hubiera un DEA. «No quería morir», dice. Sin embargo, reconoce que sin el DEA en el lugar, definitivamente habría muerto. «No creo que pudiésemos tener esta conversación». Subramaniam resume la importancia de tener un DEA de fácil acceso. «Soy el ejemplo vivo de lo que un DEA puede lograr».

Subramaniam, el sobreviviente; Mike y Shannon

«Creo que el DEA, como muestra la investigación, fue lo que salvó a Subramaniam. Mike y yo pudimos hacer circular la sangre oxigenada que le  quedaba  hasta que llegó».

–Shannon Opilla, enfermera titulada

«Estoy agradecido de que hubiera un DEA en el campus y de que Michelle haya tenido una reacción rápida y corriera a buscarlo. Estoy certificado para realizar RCP/DEA hace muchos años, pero ponerlo en práctica de verdad aporta un nivel de conciencia totalmente nuevo».

–Mike Coleman

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